Polos opuestos, atraídos


C/ Marcelo Usera, Madrid

Siempre se ha dicho que el amor no entiende de clase ni condición. Que es ciego, vamos. He aquí una prueba más de ello pues la señora, trajeada, con su abrigo de pieles, tacones y abalorios varios, no tiene ningún problema en pasearse de la mano de su pareja, que camina enamorado y en pijama. Aunque lo mismo es una sutil invitación a terminar en la cama.

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